Es común hoy en día escuchar de las buenas prácticas de gestión dentro de las organizaciones. Sin duda es un eslabón muy importante en la mitigación de la ineficiencia e intentos fallidos de muchos proyectos.
La realización del plan estratégico en una organización debe de plasmar la línea base para cumplir la visión y misión. Los objetivos son puntas de lanza para que todo esté enrumbado a eso que queremos de nuestra organización, ese escalón al que queremos llegar, o bien en donde queremos posicionarnos. Pero en muchos casos esos objetivos son numéricos, fríos, carentes de un sentido basado en el beneficio, que al lograrse generan un único indicador que es "objetivo cumplido". ¿Y se cumplió el beneficio esperado?; valió la pena todo ese esfuerzo para llegar a construir y cumplir la misión y visión?; o ¿será entonces que la visión y misión tampoco se basan en beneficios?
No es bueno caer en un agrupado de palabras muy bien estructuradas y bien planteadas que no nos generen nada más que ser el mejor, el mayor, el ganador.
Bien lo menciona Simon Sinek en su libro "El juego infinito", hay dos tipos de negocio, el juego finito y el juego infinito. No veo a una organización en el juego finito. Pero me emociona ver un juego de béisbol, ahí el objetivo es ganar y en la novena entrada todo termina.
Ahora bien, en qué lugar del plan estratégico, de los objetivos planteados y de la gestión de todo, se plasma el sello de los beneficios. He logrado ver planes estratégicos muy bien desarrollados desde la teoría, grandiosos enunciados de misión, visión, análisis PESTEL, FODA, etc., pero llego al final del documento y me pregunto, ¿cuál es el beneficio de todo esto?, ¿dónde está el alma del juego infinito?
Veo preponderante que la formación de Directores de Portafolios, Programas y Proyectos sea de forma continua, lo que llamamos mejora continua, que nos actualicemos y ganemos PDU´s, pero veo que el enfoque basado solo en lo técnico, en lo conceptual no lo es todo, con esto me refiero a que nos ensañamos solo en la gestión pura y llana, dejando de lado el concepto de una "gestión en armonía con los beneficios". Los portafolios, programas o proyectos que ejecutamos deben de dar el valor que pretende la organización.
No es de recibo que un Director de Portafolios, Programas y Proyectos omita este concepto ya que, si no lo mueve el beneficio, naufraga, se pierde en las buenas prácticas y no llega a su objetivo pleno. El producto o servicio lo puede llegar a elaborar, sin duda alguna, pero si no cumplió el beneficio.
https://www.linkedin.com/pulse/gesti%C3%B3n-en-armon%C3%ADa-con-los-beneficios-rodolfo-navarro-meza/

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